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Poder nuclear: analizar antes de lanzarse

  • martes, 4 de octubre de 2011
  • EnergíaDelSur
El accidente de Fukushima planteó inquietudes a los países en desarrollo que están considerando usar energía nuclear.

Japanese rescue team helps save elderly man

flickr/ Beacon Radio

Fukushima muestra el valor de la confianza pública en los responsables de la seguridad nuclear

El accidente de la planta nuclear de Fukushima en Japón en marzo causó un fuerte impacto al renacimiento de la energía nuclear que había venido ganando fuerza en años recientes. Ello se debió en parte al precio en ascenso del petróleo y en parte al diseño de reactores más seguros, pero también por el calentamiento global que obliga a los países a buscar alternativas a los combustibles fósiles.

El impacto fue más fuerte en el mundo desarrollado. Varios países respondieron al accidente japonés –un resultado directo del tsunami que inundó grandes extensiones de la costa noroccidental del país—abandonando sus planes para reiniciar los programas nucleares que habían sido suspendidos desde el accidente de Chernobyl, Ucrania, hace más de 25 años.

Las reacciones en el mundo en desarrollo han sido más variadas. Unos cuantos países, como Malasia y Tailandia, abandonaron sus planes nucleares pero la mayoría todavía persisten en la opción nuclear. Aunque algunos países han anunciado que sus planes están siendo reevaluados, han dado pocos indicios de que intenten cambiar el curso.

No obstante, el accidente de Fukushima ha planteado nuevas dudas y han surgido importante lecciones que necesitan ser tomadas en cuenta por todos aquellos que aún consideran seguir transitando por la ruta nuclear, particularmente los países en desarrollo que ya están embarcados en este compromiso.

Las lecciones van desde la necesidad de garantizar que los peligros naturales sean tomados en consideración en su totalidad hasta la importancia de construir confianza pública en la competencia de las organizaciones (y de los individuos) responsables de la seguridad nuclear.

Además, el accidente de Fukushima ha estimulado el entusiasmo por las fuentes renovables de energía. Cada una de estas lecciones necesita cuidadosa evaluación por parte de los formuladores de políticas en los países en desarrollo que están considerando si optar o no por la alternativa nuclear.

Cambios de actitud

Esta semana, SciDev.Net publica una serie de artículos que analizan el impacto del accidente de Fukushima sobre los planes de la energía nuclear en los países en desarrollo, y evalúan el cálculo de cambiar la viabilidad de esos planes.

Dos artículos sitúan la escena. El primero, ofrece una instantánea del estado actual de los programas nucleares en el mundo en desarrollo, resumiendo algunos de los cambios de actitud que se han dado desde el accidente, así como las muchas dimensiones del debate que incluye, inevitablemente, las atracciones —y los peligros — de usar los programas nucleares civiles como un trampolín para los de fines militares.

El segundo artículo es una recopilación de reportajes realizados por los colaboradores de SciDev.Net en varios países en desarrollo clave — a saber Egipto, Jordania, Kenia, Nigeria, Filipinas, Sudáfrica y Vietnam— describiendo las respuestas sobre el terreno al accidente de Fukushima.

Un mensaje que surge de estos artículos es que en la mayoría de casos no hay un cambio significativo de dirección. Pero está claro que hay una nueva y mayor sensibilidad a los peligros que la energía nuclear puede representar —recuérdese que muchos ciudadanos de hoy aún no habían nacido cuando ocurrió el accidente de Chernobyl— así como una mejor percepción de que proporcionar planes adecuados para estos peligros es un desafío fundamental.

El reto al futuro

Estos dos análisis se complementan con tres artículos de opinión de expertos que han estado profundamente involucrados en el debate nuclear durante muchos años. Cada uno resalta un aspecto de los desafíos futuros.

José Goldemberg, físico brasileño y ex ministro de ciencia de ese país, analiza el alto nivel de inversión requerido para llevar a cabo un programa nuclear y revisa los riesgos estimados de un severo accidente a la luz de Fukushima. Sugiere que el prestigio nacional es la principal motivación para desarrollar tecnología nuclear, y que las fuentes renovables de energía pueden, en muchos casos, ser una opción más asequible, y menos riesgosa.

Michael J. Mangala, profesor del Instituto de Ciencia y Tecnología Nuclear de la Universidad de Nairobi, Kenia, muestra cómo se pueden beneficiar los países en desarrollo de los programas de energía nuclear. Pero advierte que para que sean efectivos y seguros, los países deben poner en marcha una estrategia de capacitación exhaustiva que forme al personal técnico requerido a todo nivel.

Finalmente, Pervez Hoodbhoy, físico de Pakistán, plantea interrogantes sobre la capacidad de los países en desarrollo de gestionar y pagar por la energía nuclear. También se enfoca en los peligros militares de expandir el uso de la tecnología nuclear, sugiriendo que muchos países podrían escoger moverse en esta dirección por otras razones y no por un sentido social, económico o medio ambiental.

Debate informado

El accidente de Fukushima, al igual que sus predecesores en la isla Three Miles de los Estados Unidos y Chernobyl, no es en sí mismo una razón suficiente para abandonar la opción nuclear.

Y el potencial de la energía nuclear para satisfacer las necesidades de energía de los países en desarrollo sin contribuir significativamente al calentamiento global permanece como un atractivo muy fuerte.

Sin embargo, como lo sugieren estos artículos, hay razones de peso para que los países en desarrollo den una mirada exigente antes de lanzarse en una energía futura que incluya a la nuclear.

El accidente de Fukushima es un recordatorio de que los obstáculos para el funcionamiento seguro de las plantas de energía nuclear pueden provenir de direcciones inesperadas, incluso en un país tan consciente de la seguridad —y con tanta razón para desconfiar de la energía nuclear — como Japón.

También enfatiza en la necesidad de un debate público abierto e informado sobre los pros y los contras de la energía nuclear, así como de las fuentes alternativas de energía 'limpias', un debate demasiado importante para ser restringido a los expertos técnicos, o para ser determinado por los resultados de intereses comerciales o políticos.

David Dickson
Editor, SciDev.Net

Este artículo es parte de un Especial sobre Energía nuclear después de Fukushima.

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