Tan importante como buscar la diversificación en la matriz energética es coordinar las etapas de desarrollo de las distintas fuentes, de acuerdo a un criterio de viabilidad económica y ambiental y al estado de cada tecnología. Argentina tiene un potencial eólico casi único en el mundo (en su zona patagónica); y también solar, pero el grado de desarrollo de estas fuentes en el país dista aún de constituirlas en sustituto de las convencionales, con una participación significativa. Estas nuevas fuentes necesitan ser subsidiadas hasta ser competitivas con las demás. Los subsidios son una herramienta válida siempre y cuando puedan ser dirigidos con precisión a los fines perseguidos, sin dañar al resto del sistema. Recientemente, el gobierno nacional ha implementado un programa de generación a base de fuentes renovables, denominado GENREN. Básicamente, el plan consistió en la selección de proyectos de generación con los cuales se suscribirán contratos de abastecimiento a un precio predeterminado que se mantendrá durante 15 años, a excepción de los proyectos de generación con biocombusitbles. El precio que se reconocerá a la energía generada por las distintas fuentes es un indicativo del estado de cada tecnología.
