¿Por qué no generar valor agregado en el país?
El litio es un mineral liviano que presenta múltiples aplicaciones en las industrias energética, química y petroquímica. De los diez millones de toneladas métricas de reservas de litio que —se estima— existen en el planeta, cerca de nueve están ubicadas en América Latina. De hecho, en las salinas de la Argentina, Bolivia y Chile se concentra el 85% de las reservas mundiales del mineral y, por ello, la región ya es conocida como la “Arabia Saudita del litio”.
Nuestro país se especializa en la obtención de carbonato y cloruro de litio, extracción que se hace principalmente en las salmueras de Jujuy, Salta y Catamarca. Pero también existen depósitos pegmáticos de este mineral en las sierras pampeanas de Córdoba, San Luís y Catamarca.
Cada vez más demandado en el plano internacional, actualmente Argentina exporta litio a Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, China, Rusia, Japón y Holanda. De hecho, el país del norte es el mayor consumidor de mineral y es también quien encabeza las manufacturas sobre la base del mineral; es decir, con valor agregado. Aunque muchos no seamos conscientes, el litio se encuentra en muchos de los objetos que usamos en nuestra vida cotidiana: desde pilas y baterías de celular hasta cerámicas, cristales, lubricantes y ciertos medicamentos.
Dr Arnaldo Visintín
“nuestro país tiene una oportunidad única para darle valor agregado a este mineral que la naturaleza nos entregó en forma tan generosa”
¿Cuáles son las posibilidades que tiene la Argentina para aprovechar el litio que posee?
El químico Arnaldo Visintín es investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata. Consultado por TELAM, el investigador sostuvo que “nuestro país tiene una oportunidad única para darle valor agregado a este mineral que la naturaleza nos entregó en forma tan generosa”.“Básicamente, hay tres tecnologías que pueden ser desarrolladas en Argentina. La primera es la purificación del carbonato de litio. El mineral se extrae de la mina con un 17% de pureza y, por medio de sencillos pasos de precipitación química, se puede llegar un 99% de pureza. La diferencia entre uno y otro significa pasar de un precio de 200 dólares a 5000 o 6000 dólares la tonelada”, explicó Visintín.
La obtención litio metálico a partir de sales fundidas es otra de las posibilidades que tiene la Argentina de agrega valor. En este caso, “se produce a través de un proceso parecido a la obtención de aluminio metálico. El litio metálico presenta altos precios en la industria y hoy no existe quien lo produzca en Latinoamérica”, agregó el químico platense.
Finalmente, también se podría directamente fabricar baterías de litio en el país para su uso en equipos inalámbricos como celulares, fuentes de potencia, enjutos eléctricos, o como almacenador de energía asociado con fuentes de energías alternativas (solar, eólica e hidráulica). “Esta última es una industria de alta tecnología y con mucho valor agregado —cuenta Visintín—. Una batería de ion litio de 60 Kw., necesaria para dar potencia a un auto eléctrico moderno con todas las prestaciones, cuesta más de 20 mil dólares y requiere solamente 20 Kg. de carbonato de litio”.
Este tipo de baterías puede utilizarse tanto en autos híbridos como eléctricos. Los primeros cuentan con dos motores, uno eléctrico y otro de combustión interna; mientras que los segundos son del tipo plug in; es decir, se enchufan durante la noche para recargar sus baterías de litio. Si bien actualmente estos autos ocupan hoy apenas el 1% del mercado, se espera un boom comercial para 2015, cuando el stock alcance los dos millones de unidades.
La principal ventaja de estas baterías recargables fabricadas a partir de litio es que brindan energía sin afectar al medio ambiente y contribuyen a evitar el calentamiento global al reducir las emisiones de gases. Además, duran cinco veces más que las de plomo y son reciclables.
Otro de los beneficios de estas baterías es que pueden utilizar y almacenar energía proveniente de fuentes renovables, como la solar.
“Nuestro país está en condiciones de desarrollar este tipo de baterías. Recientemente, los centros de investigación de la Universidad Nacional de La Plata, Córdoba y la Comisión Nacional de Energía Atómica se asociaron en una presentación ante el ministerio de Ciencia y Técnica para desarrollarlas”, relató Visintín entusiasmado a TELAM.