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Algunas claves para entender los descubrimientos petroleros

  • viernes, 11 de noviembre de 2011
  • EnergíaDelSur

imagen/YPF

"YPF descubre 927 millones de barriles petróleo no convencional en Argentina"

  No deja de llamar la atención las dificultades que evidencian algunos medios de comunicación al difundir informaciones sobre la industria petrolera o de la energía en general. Es bastante comprensible que yerren en conceptos que pueden ser básicos para el entendido pero no para el lego, pero el problema aparece cuando ese desconocimiento aporta a la confusión del público, que puede crearse expectativas equivocadas, por subestimación o sobreestimación de los hechos que se le comunican.

En los dos últimos años, Argentina hizo más anuncios de descubrimientos petroleros que en las últimas dos décadas, a juzgar por los archivos de los diarios. La mayoría de ellos fueron tan espectaculares que los medios incluso tuvieron que inventar palabras para describirlos: “super-hallazgo”, “mega-descubrimiento”, “mega-hallazgo”, “mega-super-hiper hallazgo” (este último es broma), y similares.

El último anuncio correspondió al realizado por la empresa YPF el 7 del corriente, consistente en la confirmación de la existencia de 927 millones de barriles de petróleo no convencional en Loma de la Lata, Neuquén, en lo que la compañía resaltó como “el mayor descubrimiento de recursos exploratorios” de su historia.

"El hallazgo casi duplica a la cantidad que tiene YPF en el país", agregaron desde la compañía, aunque aclararon que aún no se puede hablar de "reservas", ya que restan una serie de pasos sujetos a las posibilidades físicas y económicas de la extracción. Esta “serie de pasos” que restan son los que determinarán, en definitiva, si el país tendrá efectivamente más reservas petroleras o no, y en caso afirmativo, cuántas.

La expectativa del público podría justificarse en que, por ejemplo, en diciembre de 2010 (hace menos de un año), YPF y la presidenta de la Nación anunciaron el “hallazgo” de shale gas en proporciones descomunales. La empresa dijo entonces que el volumen hallado permitía llevar su horizonte de reservas de 6 a 16 años; mientras que la Presidenta explicó que esto aseguraba el aprovisionamiento de gas “por los próximos 50 años”. Pero seis meses después (en junio pasado), el gobierno nacional firmó con Qatar un preacuerdo para la importación de 5 millones de toneladas por año de GNL, durante 20 años. (El volumen es equivalente al 16% del consumo total del país).

Por otro lado, en mayo último, YPF también anunció el “descubrimiento” de 150 millones de barriles de petróleo no convencional en la formación Vaca Muerta de la cuenca Neuquina, donde ahora acaba de anunciar el hallazgo de los 927 millones de barriles. El volumen de recursos hallados en mayo tampoco se consideraron “reservas”, aunque en aquella oportunidad, como ahora, la compañía vio subir el precio de sus acciones en los mercados.

En 2006, Repsol YPF redujo sus reservas de gas en Loma de la Lata un 21,5% (también lo hizo en Bolivia) y en noviembre de 2009 incorporó 49 millones de metros cúbicos de petróleo. Luego de eso, pese a la sucesión de anuncios sobre recursos existentes, no ha habido cambios en las estadísticas oficiales de las reservas del país.

Pero aprovechando la difusión que ha tenido este anuncio, y para intentar alguna cooperación con la obvia necesidad de que todos entendamos un poco mejor estas cuestiones, va un breve glosario, hecho de apuro, de algunos conceptos básicos que serán útiles:

  • “Descubrimiento” o “hallazgo”. Si hay algo que ha cambiado en la jerga petrolera con la aparición de los reservorios no convencionales (shale gas, tight gas, shale oil, tight oil) es el significado de los términos descubrimiento o hallazgo. En la industria petrolera convencional, lo que se busca son trampas estratigráficas en las cuales se haya acumulado el petróleo o el gas, luego de migrar desde la roca generadora. Descubrir estos puntos “G” de la geología petrolera ha sido la razón de ser, el alfa y omega, de toda la industria y no es nada fácil, aún con la tecnología actual. Es muy común que la diferencia entre un pozo productor y un pozo “seco” sea unos cuantos metros. En ocasiones, la trampa buscada está por encima, por debajo o justo al lado de donde pasó el trépano. La media mundial del porcentaje de éxito es del 30% y por eso se dice que, después del cine, la industria de mayor riesgo es la petrolera.
    Sin embargo, en los reservorios no convencionales no hay trampa, ya que el hidrocarburo está acumulado en formaciones litológicas que pueden variar de espesor, pero que en general son contínuas. Por eso se alude a la cantidad de kilómetros cuadrados de las zonas de interés. Conociendo que la formación tiene materia orgánica y ha generado hidrocarburo, no hay posibilidad casi de errar. Es como buscar agua metro más allá o acá sabiendo que existe la napa freática. Aquí la tasa de éxito en cuanto a “descubrir” petróleo es superior al 90%. Tal es así que producir petróleo o gas no convencional ya no se considera una actividad minera o con riesgo minero, sino una actividad manufacturera, porque el éxito lo determina la tecnología extractiva y no el “hallazgo” del hidrocarburo.

  • “Mega-yacimiento, super-yacimiento, campo gigante”.- La prensa local usa estos términos indiscriminadamente, para referirse a un yacimiento con reservas importantes. Pero la verdad es que en Argentina no hay ningún mega-yacimiento de gas ni de petróleo. En la jerga internacional la calificación de “mega-yacimiento” o “campo gigante”, tiene que ver con la cantidad de reservas probadas del reservorio. Así, se les denomina “giant oil field” a los que tienen más de 500 millones de barriles de reservas, y “super giant oil field” a los que superan los 1.000 millones. Aunque también se ha propuesto denominarlos según su producción diaria y no sus reservas. (Ver “Megayacimientos: la agonía de los gigantes”). Descargar/ver nota en .pdf

  • “Reservas versus recursos” .- Fueran de origen convencional o no convencional, las reservas se establecen de la misma manera: debe poder probarse, objetivamente, que el hidrocarburo, desde el punto de vista técnico y económico, puede ser recuperado. Hay categorías de reservas según el porcentaje de posibilidad de que esto ocurra. Las reservas “probadas” son aquéllas donde este porcentaje es el del 90%. En el otro extremo, las reservas “posibles” son aquéllas donde este porcentaje es apenas de un 10%. Los “recursos” ni siquiera llegan a la categoría de “posibles”. Dependerá de varios factores que estos recursos puedan “ascender” a alguna de las categorías de reservas. Uno de estos factores es el precio. Ninguna empresa de las que han estado trabajando en la búsqueda de petróleo y gas no convencional en Argentina sabe hoy cuánto cobraría por su producción. Como no hay definiciones sobre esto, simplemente no avanzan en el desarrollo de sus proyectos. Entonces: si los recursos no convencionales hoy no son reservas, no es por factores tecnológicos sino de mercado, que en Argentina maneja el gobierno.

  • “Factor de recuperación”. No todo el recurso puede ser recuperado. De hecho, la mayor parte quedará en el subsuelo. La cantidad de hidrocarburo recuperado dependerá tanto de las características del reservorio como de la tecnología a emplearse. Para el gas shale de la cuenca Neuquina se ha estimado un factor de recuperación de 30%, que no deja de ser optimista, aunque no es irreal. Por eso se ha hablado de que la cuenca tiene gas para un siglo, o “dos Loma de la Lata”. En Estados Unidos, donde más saben del tema, el factor de recuperación va desde el 5% al 20%. En el caso del último anuncio de YPF, no se sabe qué factor de recuperación se ha aplicado para llegar a los 927 millones de barriles de petróleo equivalente no convencional. Pero basándonos en los datos proporcionados a todo el público, podría decirse que existen unos 2,1 millones de barriles (344.348 metros cúbicos) por kilómetro cuadrado. La formación Vaca Muerta tiene unos 240 metros de espesor, en promedio.

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