Si la compañía recientemente reestatizada y el propio gobierno nacional podrán concitar más adelante mayor confianza del sector privado para invertir en el Plan Estratégico 2013/2017 de YPF, todavía no podrá saberse: por ahora, el 77% de los 1.500 millones de pesos de deuda colocados por la empresa fueron tomados por ANSeS y algunos bancos provinciales, mientras que los privados se mostraron más que cautelosos.
YPF cerró la emisión de deuda por $ 1.500 millones, que quedó en su mayoría en manos de la ANSeS, el organismo que administra las jubilaciones y pensiones, en Argentina. Para los bonos de menor plazo (que quedaron en manos de inversores), la empresa consiguió una tasa menor a la esperada, del 16,74%.
"Estoy muy estusiasmado con los resultados de la transacción. Esta colocación es un hito importante, ya que significa el regreso de YPF a los mercados de capitales", dijo el CEO de la empresa, Miguel Galuccio, en un comunicado.
No obstante, para el mercado no era secreto que la operación no era más que una excusa para tomar fondos del ANSeS, aunque YPF describiera la operación como "la más importante de la historia en los mercados locales". También el Banco Nación y algunos bancos provinciales aportaron dinero.
Finalmente, ANSeS absorbería un 70% de la emisión total (unos $ 1.050 millones) y se quedaría con el bono de mayor duración. El Banco Nación, junto a bancos provinciales, por su parte, aportaron el 17% (unos $ 255 millones), mientras que un 13% quedó en manos privadas (10% o $ 150 millones de inversores institucionales, y 3% o $ 45 millones de individuos).
Galuccio había anticipado el 30 de agosto que, para el plan estratégico, preveía una inversión de US$ 37.200 millones en cinco años, pero había dicho que el 70% se financiaría con fondos propios, un 20% con deuda y el resto provendría de eventuales socios.
Según el Plan de Inversiones, en 2013 YPF deberá invertir 5.900 millones de dólares, para llegar a un pico de 8.500 millones de dólares en 2015. El 73% de las inversiones se destinarán a explotación; el 22% al sector de refinación y comercialización; el 4% a exploración y el 1% restante a los gastos corporativos.