Las disputas entre el gobierno nacional y la máxima conducción de Repsol YPF tomaron estado público. La buena noticia es que el petróleo volvió crudamente a la agenda pública y de los medios. La mala es que además de los inconvenientes con el petróleo, la Argentina los tiene también con el gas. Como se trata de asuntos donde es fácil manejarse por trascendidos, este cronista habló con un geólogo que trabaja desde hace años en el sector privado. No dudó en calificar el escenario como “de gravedad”. Lo que sigue es un resumen de las apreciaciones de un especialista cuya identidad es mantenida en reserva.
Este geólogo sostiene que, desde 2004, tanto la producción como las reservas de petróleo y gas vienen en caída libre. La realidad es que desde la década de 1970 y principios de los ’80 no se ha descubierto ningún yacimiento de envergadura que agregue reservas por más de una década. Esto produjo, junto a un aumento del consumo, que pasemos de ser un país exportador de gas a depender enormemente, y por largo tiempo, de las importaciones de metano de Bolivia y los barcos con GLP (gas licuado de petróleo) de Qatar.
“Comencé con esto –dice el geólogo– porque acaba de llegar la boleta de gas con un ítem que hace referencia al valor del gas importado que será compartido por todos.” Efectivamente, el precio que se paga por el faltante de gas es enorme. El precio del gas boliviano es de 10 dólares cada millón BTU (unidad térmica británica, equivalente a 252 calorías), mientras que por el gas licuado se pagan entre 12 y 17 dólares. Por la producción interna, el Estado paga entre 2 y 5 dólares. Cabe aclarar que muchos operadores de yacimientos de gas cuentan, al menos hasta ahora, con los subsidios del programa Gas Plus. De esta brecha entre precios internos e internacionales surge la queja de las compañías privadas que justifican sus escasas inversiones en lo que llaman falta de incentivos. “Si bien es cierto que se terminaron las fuentes de hidrocarburo barato y hay muchos proyectos parados en busca de un precio que los haga rentables, la renta petrolera siempre ha sido extraordinaria”, afirma.
A falta de nuevos yacimientos tradicionales, en mayo de 2011, YPF anunció “el descubrimiento” de yacimientos de los llamados shale gas y shale oil. Según la empresa, se trata de reservas por 150 millones de barriles en un área de 320 kilómetros cuadrados en Loma de La Lata, Neuquén. YPF dijo que significaba un incremento del 35% de las reservas de la empresa y el 8% de las reservas del país. El CEO de la filial argentina de Repsol, Sebastián Eskenazi, decía que era el inicio de una “nueva etapa, con optimismo”.