A contramano de la mayoría de las actividades económicas, que cerraron 2011 con crecimiento, la producción de hidrocarburos en la Argentina tuvo uno de sus peores años. La extracción de petróleo sufrió el año pasado su caída más pronunciada de los últimos 65 años.
Según datos difundidos por el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), los yacimientos del país produjeron el año pasado 33.231.359 metros cúbicos de petróleo (5,9% menos que un año atrás) y 45.524 millones de m³ de gas (lo que representa una caída interanual del 3,4%).
Estos datos se conocen en medio de la pelea del Gobierno con YPF y, de hecho, no favorecen a la principal petrolera del país, que sufrió caídas aun más abultadas: 7,3% en crudo y 9,6% en gas.
Los pobres números de 2011 para el sector se explican por procesos que llevan varios años, pero también por las prolongadas tomas de yacimientos que se produjeron a raíz de varios conflictos sindicales en la Patagonia. “Tuvimos los pozos parados tres o cuatro meses, obviamente que fue un año muy malo”, reconocieron ayer en una petrolera.
Hay que retroceder hasta 1946 para encontrar una caída interanual superior a la de 2011. Aquella baja de 9,1% ocurrió, no obstante, con una producción total de petróleo que no llegaba ni a un décimo de la actual.
Más allá de la proporción de la caída, los números muestran una tendencia decreciente desde hace varios años. La producción de petróleo viene cayendo desde 1998, con la sola excepción de un leve repunte en 2001. En el caso del gas, la caída de la producción ha sido constante desde 2004, con la sola excepción de una pequeña suba de 0,4% en 2006.
Agravante
“Hay una tendencia estructural a la baja desde hace muchos años. Pero el año pasado se sumó un agravante político -explicó Jorge Lapeña, presidente del Instituto Argentino de la Energía Gral. Mosconi-. Hubo tomas de yacimientos prolongadas por actores sociales que ni siquiera eran empleados y dejaron como rehén al sector petrolero. Esto fue hecho con la mirada cómplice de las autoridades nacionales y provinciales.”
La mayoría de los conflictos sindicales -que incluyeron a trabajadores petroleros, pero también a docentes y otros gremios- se produjeron en la provincia de Santa Cruz, donde hay mayor proporción de pozos operados por YPF. “En el caso del petróleo, la caída de YPF estuvo relacionada con las huelgas, pero en el caso del gas las causas son más atribuibles a la propia empresa”, sostuvo un consultor en energía.
De hecho, la caída de la producción de gas de YPF ha sido mayor que la del promedio de la industria también en los tres años previos (2008-2010), en momentos en que el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, todavía elogiaba la “excelencia” de la empresa controlada por Repsol y el Grupo Petersen. YPF también mostró mayores caídas que el resto en la producción de crudo durante 2008 y 2009, aunque no en 2010.
El relevamiento del IAPG -que agrupa a las empresas del sector- mostró también que durante 2011 cayó 0,4% la producción local de gasoil, mientras que la elaboración de nafta súper se incrementó un 7,5% y la de nafta premium creció 34,7 por ciento.
fuente: Lanacion.com