El geólogo estadounidense Terry Engelder, el primero en descubrir el potencial de la roca madre para producir recursos en Estados Unidos, dijo que Argentina no puede desaprovechar la oportunidad de recuperar su soberanía energética a través de los yacimientos no convencionales. En diálogo con E&E contó la experiencia de Estados Unidos, donde este tipo de explotación cambió el horizonte productivo.
“Cuando tenía 12 años gané un listón azul en una feria de ciencias de la secundaria por un póster que mostraba una selección geológica de las capas de shale de la meseta de los Apalaches. Por supuesto, en ese momento no tenía idea que esas capas geológicas se volverían tan importantes para Estados Unidos”.
El geólogo Terry Engelder tampoco sabía que iba a ser él el primero en demostrar científicamente el potencial de la formación geológica Marcellus, que posee el doble de reservas de gas que Vaca Muerta, la perla neuquina. Ese descubrimiento vería sus frutos recién a principios de siglo y cambiaría de forma cabal el mapa energético del país del norte, que pasó de importar gas a debatir la posible exportación en el corto plazo.
A través de una serie de correos electrónicos, E&E se comunicó con Engelder, investigador de la universidad de Pensilvania. El especialista aseguró que “sería una tontería” que Argentina no aproveche el desarrollo del shale gas y explicó que su extracción y puesta en valor es rentable, con inversiones que pueden recuperarse entre 2 y 4 años después de iniciado el pozo.
“El gas natural es un componente energético importante en la canasta de la mayoría de las naciones del oeste. Algunas de ellas han gastado mucho dinero para importar gas y esto generalmente contribuye al déficit comercial. Cuando un país tiene una oportunidad de producir gas como Argentina, no puede desaprovechar la posibilidad de reducir ese déficit y lograr su seguridad energética”, afirmó Engelder.
En momentos donde el foco está puesto en las grandes inversiones que deberá hacer la nueva YPF para el desarrollo de yacimientos no convencionales, el geólogo fue determinante. “El desarrollo de shale gas es rentable”, dijo, cuando este medio le preguntó por las críticas que esgrimen algunos ex secretarios de energía, que relativizan el potencial de Vaca Muerta.
De hecho, por estos días, Estados Unidos vive su propio debate sobre la rentabilidad a largo plazo que deja este tipo de explotaciones. Lo que sucedió fue que el boom en la producción de shale gas deprimió el precio del recurso por la propia lógica de oferta y demanda. Hoy ronda los 4 dólares el millón de BTU, aunque el valor es cíclico y ha llegado a tocar el piso de los dos dólares, un valor aún más bajo que el que se paga en Argentina.
Aunque dijo desconocer los pormenores de los costos de producción en el país, Engelder sostuvo que aún con ese precio en Estado Unidos es rentable la explotación de shale gas. “El precio del gas natural puede caer cada tanto debajo de la línea de la rentabilidad, pero, en el largo plazo, el gas natural deja una buena rentabilidad. Los pozos actuales de la formación Marcellus de Pensilvania cuestan entre 4 y 5 millones de dólares.
Esos pozos pueden producir un promedio de 4 mil millones de pies cúbicos de gas en su tiempo de vida. Asumiendo que el gas ronda los 4 dólares por millón de BTU, las reservas de Marcellus generarán unas ganancias de entre 16 y 20 millones de dólares. Entre uno y tres años de producción de gas paga la inversión en el pozo. Claro que hay otros costos de capital de largo plazo, lo que significa que las ganancias comienzan a verse cuando el pozo cumple entre dos y cuatro años”, detalló el especialista.
Debate geográfico
Tiempo atrás, un vasto estudio del Departamento de Energía de los Estados Unidos (DoE por sus siglas en inglés), postuló a Argentina como la tercera reserva de “recursos potenciales” de gas no convencional en el mundo, detrás de China y muy cerca de Estados Unidos. Si se observa en detalle el mapa, se verá que quedan sin relevar algunas zonas clave como Rusia y Australia.
Según Engelder, “la DoE posiblemente esté en lo correcto”, aunque abrió un margen de error por el tipo de medición que realiza. “Además de Argentina, hay otras grandes reservas de shale gas en lugares como Estados Unidos, Rusia, Australia, China, Arabia Saudita y Sudáfrica”, postuló, según sus propios datos.
Capítulo ambiental
Más allá de su conocimiento sobre las entrañas de la tierra, Engelder es una fuente de consulta sobre temas ambientales. Desde que sus estudios se convirtieron en la clave de bóveda para explorar la roca madre, el geólogo se convirtió en uno de los principales defensores de las técnicas para romper el shale, entre ellas el frácking, posiblemente la más polémica.
Engelder señaló que la industria avanzó mucho desde que comenzaron las primeras experiencias e indicó que el impacto se redujo de forma sistemática. Como ejemplo, señaló un estudio de la Agencia Internacional de Energía para Estados Unidos, que señala que si se aumentara un 7% la producción de gas partiendo de la base productiva actual, “no existiría ningún riesgo para el medio ambiente”.
Inclusive, el geólogo remarcó que su preocupación está puesta en los impactos que van por fuera la perforación, como la construcción de caminos.
Nuevo mapa energético en Estados Unidos
El descubrimiento y la reciente explosión de la producción de shale gas en Estados Unidos cambió por completo el mapa energético del país. Según cifras de la Administración de Información Energética (EIA por sus siglas en inglés) existen unas reservas recuperables que asegurarían el suministro de gas al mercado local durante un siglo.En 2008, el gas no convencional suponía el 6% del consumo estadounidense. En 2035, según la última estimación de la EIA, podría alcanzar el 56,8% de la producción total. A ese ritmo, en 2016, Estados Unidos podría comenzar a exportar gas.
Sólo la formación Marcellus, la más grande del país, cuenta con 141 trillones de pies cúbicos de gas (TCF) de recursos técnicamente recuperables, según estimaciones del organismo estadounidense. Para dimensionar la cifra, el gigantesco yacimiento gasífero de Loma La Lata, en la cuenca neuquina, tenía reservas iniciales de poco menos de 10 TCF.
El impacto del shale gas también alteró la canasta energética, donde el carbón pierde peso relativo sobre el gas, un recurso mucho más limpio para la generación de electricidad. Algo similar a lo ocurrió en Argentina está pasando en el país del norte: el precio del gas sumado a una política de exenciones estatales están mudando la matriz al gas. En el país, la gran mayoría de esa inversión la hizo la YPF estatal.