El litio amenaza con convertirse en el combustible del futuro y el 90% de las reservas se encuentran en la Argentina, Bolivia y Chile
El sector de la minería argentina encontró una veta que a futuro podría significar mucho más que los minerales que vienen marcando la historia económica del mundo.
El litio amenaza con convertirse en el combustible del futuro y el 90% de las reservas se encuentran en la Argentina, Bolivia y Chile.
En el caso de la Argentina, es un país sumamente rico en minerales y cuenta con un enorme potencial geológico minero. En particular, presenta una superficie de aproximadamente 2,7 millones de kilómetros cuadrados y el 75% de áreas con potencial minero se encuentran todavía sin explorar, con un alto contenido de minerales asociados.
La actividad minera comprende principalmente la extracción de minerales metalíferos (aluminio, zinc, cobre, plomo, oro, plata), minerales no metalíferos y rocas de aplicación (mármoles, granitos, cementos, cal).
En el caso del litio, según un trabajo de Deloitte, Argentina es el país con mayor inversión en el mundo para la búsqueda de reservas de esta nueva fuente de energía y el segundo gran productor mundial, superando las 7.000 toneladas anuales.
Además, el precio de la tonelada de carbonato de litio en 2004 no superaba los US$ 2.500, pero ahora supera los US$ 6.000.
Los proyectos para desarrollar baterías para autos híbridos, celulares, notebook y el reemplazo del petróleo atrajo inversiones que, según los últimos anuncios, serían por más de US$ 500 millones en el norte argentino. Algunos de los jugadores que ven este mercado con creciente interés son la minera australiana Orocobre, que anunció inversiones por US$ 104 millones; la estadounidense Li3 Energy, con US$ 20 millones; Toyota Tsusho -el proveedor del gran fabricante japonés- que había anunciado, también con Orocrobre, una operación conjunta para desarrollar un proyecto de US$ 100 millones; la canadiense Latin American Minerals y Mitsubishi Materials, con desembolsos anunciados por US$ 170 millones; la austro-canadiense Magna, que compró una participación de un emprendimiento local e invertirá US$ 300 millones.
El producto que a principios del Siglo XX era utilizado para curar las depresiones hoy tiene como destino las baterías de los automóviles eléctricos que las grandes automotrices ya están presentando en los diferentes mercados del mundo. Aunque aún es un mercado muy incipiente, se calcula que para 2020 al menos el 20% del parque mundial va a ser de autos híbridos y eléctricos.
Uno de los problemas que presenta para su crecimiento es el costo de las baterías de litio. En la actualidad, el combustible de los autos ecológicos cotiza entre US$ 10.000 y US$ 20.000 pero los especialistas estiman que se irá abaratando con los años.
Además, en algunos mercados ya estudian un sistema por el cual la carga de la batería se realice a través del cambio. En Europa ya se puede pagar una cuota mensual por la batería de litio (DF).