Se trata de una plataforma robótica diseñada íntegramente por un grupo de técnicos argentinos. Fue concebida para cumplir tareas de seguridad y monitoreo de pozos petroleros en situaciones de crisis. Pero sus campos de uso son múltiples y diversos.
“El proyecto Xior.Sphinx surgió en 2005 como respuesta al pedido de una importante empresa petrolera situada en Comodoro Rivadavia, Provincia de Chubut”, explica a TELAM Rubén Schmit, psicólogo, pero además técnico superior en robótica e integrante de Xior, una empresa de tecnología que fundó en 2003, junto a Julián Da Silva y Hernán del Río.“Básicamente —continúa—, lo que la petrolera necesitaba era un producto que pudiera intervenir en situaciones de crisis en el propio lugar de trabajo”. Una situación crítica en una instalación petrolera puede deberse a fallas en los dispositivos de bombeo; una extracción fuera de control; roturas en oleoductos o gasoductos; explosiones; incendios o fugas de gas. “El objetivo del robot, entonces, era poder realizar un diagnóstico en ese tipo de situaciones. Y a partir de esa evaluación, decidir un posible plan de acción”, comenta.
¿Qué es el “Sphinx”? Es una plataforma robótica. Es decir, un robot que está pensado como una máquina flexible que puede ser modificada según las necesidades de cada usuario. Cuando se produce una situación de crisis en un pozo petrolero, el robot tiene la función de inspeccionar y hacer un diagnóstico de lo que ocurre dentro. Para ello, cuenta con sensores internos y externos que captan distintos tipos de gases, temperaturas, cámaras térmicas, más allá de sus propios controles de navegación, sus inclinómetros y su sistema de posicionamiento satelital.
“También —agrega Schmit— es muy complejo desde el punto de vista electromecánico. Posee cuatro ruedas con suspensión, amortiguación y tracción independiente en cada una, y cuatro potentes motores que hacen que el robot pueda volver a la base de operaciones incluso con uno de ellos fuera de servicio”. Esta gran resistencia mecánica se conjuga con una robustez que le permite desenvolverse en geografías hostiles y climas extremos. Su chasis está construido íntegramente en acero y el armazón presenta una alta resistencia física. La carga útil puede ser de hasta 150 Kg., haciéndolo apto para aplicaciones de transporte autónomo y de remolque.
Con la misma base tecnológica, el robot “Sphinx” puede cumplir otras funciones totalmente distintas a las que desarrolla en el sur argentino. Otros posibles campos en los que se podría reutilizar esta tecnología son: patrullaje de fronteras, monitoreo rural y forestal, plantas de energía nuclear, empresas mineras; o de asistencia a bomberos y policía. “Una de las posibles aplicaciones podría ser el ingreso a lugares, en donde haya amenaza de explosivos, sin riesgo para el personal policial”, resume Schmit.
Los creadores de Sphinx ganaron un primer premio en el concurso “Innovar” y además recibieron una medalla de oro de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), con sede en Suiza.
Télam